jueves, 7 de abril de 2016

07/04/2016

Hoy en clase de cultura clásica he recogido información sobre la parte de la vida griega que elegí y aquí voy a colocar la información. 

Dioses Primigenios
Los Primigenios son deidades extraterrestres de segundo orden, pero de inmenso poder y tamaño. Parecen tener forma física, pero están más allá del continuo espacio-tiempo. Son venerados por cultos de humanos desquiciados y por razas oscuras. Estos dioses están aprisionados bajo el mar, en el interior de la tierra o en sistemas planetarios lejanos, bien por haber cometido blasfemias contra los Dioses Antiguos o por propia voluntad. En el primer caso, esos Primigenios están impacientes por liberarse de su prisión y clamar venganza. En el otro caso, están a la espera de que el momento de su despertar sea propicio.
Bokrug: Conocido también como El Gran Lagarto Acuático, y La Maldición de Sarnath. Tiene el aspecto de un enorme lagarto. Es el protector del pueblo semi-anfibio de Ib, que fue masacrado hace mil años por los habitantes de la ciudad de Sarnath. Aparece en ‘La Maldición de Sarnath’, con floridas consecuencias para los descendientes de los que acabaron con sus adoradores.
Chaugnar Faugn: Conocido también como El Horror de las Colinas, El Alimentador, y Caug-Narfagn. Es un humanoide con cabeza de elefante, y es capaz de drenar a sus víctimas. Tiene un papel destacado en ‘El Horror en el Museo’.
Cthulhu: Conocido también como El Dios Durmiente, Señor de R’lyeh, El Gran Sacerdote, Kthulhut, y Tulu. Es un inmenso humanoide alado con cabeza de pulpo, el favorito de los niños. Sus adoradores cantan el siguiente ritual: “Ph’nglui mglw’nafh Cthulhu R’lyeh wgah’nagl fhtagn”, que como todo el mundo sabe, significa “En su hogar de R’lyeh Cthulhu yace esperando dormido”. Cuando Cthulhu despierte, devorará las almas de todos los hombres, de ahí que sepamos que aún no ha despertado. También sabemos que mientras no despierta del todo, responde las llamadas del público. Lovecraft habla de él y sus entrañables servidores en ‘En las Montañas de la Locura’, ‘La Llamada de Cthulhu’, ‘El Horror en el Museo’, ‘El Túmulo’, y ‘El Diario de Alonzo Typer’.
Padre Dagon y Madre Hidra: Tienen el mismo aspecto que los profundos, humanoides con rasgos de peces, pero de un tamaño descomunal. Lovecraft cuenta sus aventuras en ‘Dagon’, y en ‘La Sombra sobre Innsmouth’. Madre Hidra es la consorte de Dagon, y no se sabe con certeza si es una primigenia o simplemente una profunda de gran tamaño.
Nug y Yeb: Conocidos también como Las Blasfemias Gemelas. Parecen horribles masas nubosas oscuras, muy similares al Dios Exterior Shub-Niggurath, puesto que descienden de éste y de Yog-Sothoth. Además, Nug es el papá de nuestro querido Cthulhu. Lovecraft habla de ellos en el relato ‘La Última Prueba’.
Hastur: Conocido también como El Innombrable, Aquel Cuyo Nombre No Debe Ser Pronunciado, Señor de los Espacios Interestelares, y El Rey Amarillo. Su verdadera forma es un misterio, se dice que es amorfo, posiblemente octopoide. Lovecraft nos lo presenta en ‘El Susurrador en la Oscuridad’.
Rhan-Tegoth: Conocido también como El del Trono de Marfil. Es un humanoide muy alto, con apéndices cangrejiles, difíciles de describir con palabras humanas, y que hace su aparición estelar (¿lo pillas?) en ‘El Horror en el Museo’. La foto de la cabecera es suya.
Yig: Conocido también como Padre de Serpientes, se presenta como un humanoide serpentil, cubierto de escamas. De humor voluble, es fácil cabrearle pero tampoco es complicado complacerle. El riesgo no suele compensar, por cierto. Lovecraft le dedica el relato ‘La Maldición de Yig’.

Primera Generación de Dioses

En la mitología griega, los titanes —masculino— y titánides —femenino— eran una raza de poderosos dioses que gobernaron durante la legendaria edad de oro.
Los titanes fueron doce desde su primera aparición literaria, en la Teogonía de Hesíodo; aunque en su Biblioteca mitológica, Apolodoro añade una decimotercera: Dione, desdoblamiento de la titánide Tea.
Los titanes estaban relacionados con diversos conceptos primordiales, algunos de los cuales simplemente se extrapolaban de sus nombres: el océano y la fructífera tierra, el Sol y la Luna, la memoria y la ley natural. Los doce titanes de la primera generación fueron liderados por el más joven, Cronos, quien derrocó a su padre Urano (‘Cielo’) a instancia de su madre, Gea (‘Tierra’).
La primera generación de titanes, hijos de Urano y Gea, está formada por:

-Titanes:
  • Océano, el río que circundaba el mundo.
  • Ceo, titán de la inteligencia.
  • Crío, dios de los rebaños y las manadas, esposo de Euribia (hija de Ponto) y padre de Palas.
  • Hiperión, el fuego astral.
  • Jápeto, esposo de la oceánide Clímene y padre de Prometeo, ancestro de la raza humana.
  • Crono, el más joven, que destronó a Urano y fue rey de los titanes.

-Titánides:
  • Febe, la de la corona de oro.
  • Mnemósine, personificación de la memoria y madre de las Musas con Zeus.
  • Rea, reina de los titanes con Cronos.
  • Temis, encarnación del orden divino, las leyes y las costumbres, y madre de las Horas y las Moiras con Zeus.
  • Tetis, titanide del mar.
  • Tea, titanide de la vista.

Dioses Olímpicos

En la religión de la antigua Grecia, los dioses olímpicos son los principales dioses del panteón griego, que moraban en la cima del monte Olimpo, el más alto de Grecia. Hubo, en diferentes épocas, catorce dioses diferentes reconocidos como olímpicos, aunque nunca más de doce a la vez.
Los doce olímpicos ganaron su supremacía en el mundo de los dioses después de que Zeus llevara a sus hermanos a la victoria en la guerra contra los Titanes.
Zeus, Hera, Poseidón, Deméter, Hestia, Hades y Quirón eran hermanos.
Ares, Hermes, Hefesto, Atenea, Apolo, Artemisa, las Cárites, Heracles, Dioniso, Hebe, Perseo y Perséfone eran hijos de Zeus. Algunas versiones de los mitos declaran que Hefesto nació solo de Hera.
Zeus, Hera, Poseidón, Ares, Hermes, Hefesto, Afrodita, Atenea, Apolo y Artemisa son siempre considerados dioses olímpicos. Hestia, Deméter, Dioniso y Hades son los dioses variables que completaban la docena. Perséfone pasaba la tercera parte del año en el inframundo (provocando así el invierno) y se le permitía volver al Olimpo durante los restantes ocho meses para que pudiera estar con su madre, Deméter. Y, aunque Hades siempre fue uno de los principales dioses griegos, su morada en el mundo subterráneo de los muertos hacía su relación con los olímpicos más delicada. Por esta razón, generalmente incluido en esta lista. No tenía un asiento en el panteón ya que pasó casi todo su tiempo en el inframundo, en el que era el rey.

Dioses Menores

Además de los dioses superiores que gobierna Zeus en su monte Olimpo, existen un gran número de deidades menores cuya actividad se dirigirá a corresponder los caprichosos mandatos sus amos superiores. Estas divinidades menores serán muy numerosas y habitaban tanto el reino celestial de Zeus, como las aguas de Poseidón o el territorio subterráneo de Hades.

Musas

Según la mitología griega, las Musas son las nueve hijas de Zeus y de Mnemósine. Éstas fueron engendradas, según el mito, en nueve noches consecutivas.
Según el historiador griego del S.II Pausanias, al principio las musas fueron tres: Aedea (el canto, la voz), Meletea (la meditación) y Mnemea (la memoria). Juntas representaban las precondiciones del arte poético en la práctica del culto religioso.
La tradición les atribuía dos residencias: la una sobre el monte del Parnaso y la otra sobre el Helicón. Es Platón en el año 401 a.c. aprox. y, posteriormente, los autores neoplatónicos, el que hace de nueve Musas las mediadoras entre el dios y el poeta o cualquier creador intelectual.

Contrariamente a una creencia difundida, no hay ningún tipo de correlación entre los artes tradicionales y las Musas. Las Musas presentes en las artes son:

  • Calíope: Musa de la elocuencia y de la poesía épica. Sus diferentes representaciones artísticas son una corona de laureles, un libro, una tablilla, un estilete y una trompeta.
  • Clío: Es la musa de la historia. Sus diferentes representaciones artísticas son una corona de laureles, un libro o un pergamino, una tablilla, un estilete y un cisne.
  • Erato: Es la musa del arte lírico de la elegía. Sus representaciones artísticas con una lira, una viola y un cisne.
  • Euterpe: Es la musa de la música. Su representación artística suele ser una flauta (simple o doble).
  • Melpómene: Es la musa de la tragedia. Se representa con una corona, con una espada o con una máscara trágica.
  • Polimnia: Es la musa de la retórica. Se representa con un gesto serio y con un instrumento musical (normalmente un órgano).
  • Talía: La musa de la comedia. Normalmente se la representa con un instrumento de música (generalmente una viola), una máscara cómica y un pergamino.
  • Terpsícore: La musa de la danza. Se la representa con un instrumento musical de cuerda: una viola o una lira.
  • Urania: La musa de la astronomía y de la astrología. Es representada habitualmente con un compás, con una corona de estrellas y con un globo celeste.

Horas

En la mitología griega, las Horas eran originalmente las personificaciones o diosas del orden de la naturaleza y de las estaciones, si bien posteriormente fueron consideradas como diosas del orden en general y de la justicia.
Existen diferentes leyendas acerca de las Horas, algunas de las cuales son contradictorias. Se las considera hijas de Zeus y de Temis, la diosa de la justicia divina, y personificaban tres estaciones del año, aunque luego pasaron a detentar este mismo papel pero en relación con las horas del día. Existen versiones que afirman que también representaban las diferentes temperaturas. Las Horas en su conjunto desarrollaban labores menores relacionados en cierta medida con la fecundidad y la fertilidad, pero también tuvieron otras funciones como enganchar los caballos al carro del Sol, criar a Hera cuando era una niña, acompañar a Afrodita cuando apareció en el mar, pasear en el séquito de Dionisio, Pan o Perséfone, y sobre todo, disipar o reunir las nubes situadas en el Olimpo y custodiar su entrada.
El papel desempeñado en conjunto por las Horas difiere a veces del que cada una de ellas posee por separado, aunque, en general, está bastante relacionado. Las Horas eran tres: Irene, la paz, Diké, la justicia y Eunomía, el orden. Sin embargo, los atenienses las llamaron, en un primer momento de la historia, Talo, tallo, Auxo, de una raíz que significa crecer, y Carpo, fruto, lo que está muy relacionado con la fertilidad. Son representadas en la figura de bellas y hermosas jóvenes (tenían el don de la juventud eterna) que sujetan en la mano una lacia túnica mientras bailan las tres juntas, razón por la cual a veces se las confunde con las Gracias.

Moiras

En la mitología griega, las Moiras eran las personificaciones del destino.
En principio, las Moiras eran concebidas como divinidades indeterminadas y abstractas, quizá incluso como una sola diosa. En la Ilíada de Homero se habla generalmente de "la Moira", que hila la hebra de la vida para los hombres en su nacimiento.
Una vez su número se hubo establecido en tres, los nombres y atributos de las Moiras quedaron fijados:
  • Cloto hilaba la hebra de vida con una rueca y un huso. Su equivalente romana era Nona, originalmente invocada en el noveno mes de gestación.
  • Láquesis medía con su vara la longitud del hilo de la vida. Su equivalente romana era Décima, análoga a Nona.
  • Átropos (veces llamada Aisa) era quien cortaba el hilo de la vida. Elegía la forma en que moría cada hombre, seccionando la hebra con sus «detestables tijeras» cuando llegaba la hora. En ocasiones se la confundía con Enio, una de las Grayas. Su equivalente romana era Morta (‘Muerte’), y es a quien va referida la expresión "la Parca" en singular.
En la tradición griega, se aparecían tres noches después del alumbramiento de un niño para determinar el curso de su vida. En origen muy bien podrían haber sido diosas de los nacimientos, adquiriendo más tarde su papel como verdaderas señoras del destino. Por todo ello, y en especial por el predominante papel de Átropos, las Moiras inspiraban gran temor y reverencia, aunque podían ser adoradas como otras diosas: las novias atenienses les ofrecían mechones de pelo y las mujeres juraban por ellas.

Gracias

Eran tres diosas hijas de Zeus y la ninfa Eurinome, hija del titán Océano. Sus nombres eran Áglae o Aglaya, Eufrosine y Talía. Eran las diosas de la belleza, el hechizo y la alegría. A cada una de ellas le correspondía una cualidad como la belleza, la jovialidad, el esplendor o el buen gusto pero cada fuente hace esta distribución a antojo por lo que no puede establecerse una clasificación clara.Las Gracias presidían los banquetes, las danzas y todas las actividades y celebraciones placenteras, en definitiva, todo aquello que en el mundo pudiera haber de agradable, placentero, interesante, atractivo... Las Gracias otorgaban a dioses y mortales la alegría pero no sólo eso sino también la elocuencia, la liberalidad y la sabiduría. Se creían que tenían la capacidad de dotar a los hombres de la genialidad necesaria para ser un excepcional artista.
Las Gracias eran compañía habitual en el Olimpo de Afrodita y Eros y están muy relacionadas con las Musas con las que se divertían al son de la música que Apolo tocaba. Áglae, la más joven, era también la más bella y estaba casada con el dios Hefesto. Las Gracias eran jóvenes y muy bellas pero sobre todo modestas y solían llevar el pelo mal recogido a causa de los bailes. Siempre estaban danzando y precisamente es en la actitud de darse las manos y comenzar a bailar como más las ha representado el arte. Aunque en los principios de la civilización griega iban vestidas con una fina túnica después siempre aparecieron desnudas.
A veces han aparecido entre los sátiros más horrendos para designar que no se puede juzgar a las personas por su apariencia y que los defectos del rostro pueden ser corregidos con un buen espíritu. Rara vez se hace referencia a estas diosas de manera individual. Por el contrario, son la representación griega de la triple diosa, presente en muchas otras mitologías del mundo.

Nereidas

En la mitología griega, las Nereidas era el nombre colectivo de las cincuenta hijas de Nereo y de Doris. Se las consideraba ninfas del mar, y como tales vivían en las profundidades del océano. Emergían a la superficie para ayudar a marineros que surcaban los mares, siendo los Argonautas los más famosos de entre los que socorrieron, cuando ellos viajaban en búsqueda del vellocino de oro.
Representan las olas que golpean la costa en todas sus formas, desde las calmas a las más furiosas y grandes. Formaban parte del séquito de Poseidón, montadas en delfines, hipocampos y otros monstruos marinos. Se las representaba como a las sirenas modernas (mujeres con cola de pez); a diferencia de las sirenas clásicas que eran mitad mujer y mitad ave. Las más célebres eran Tetis (mujer de Peleo y madre de Aquiles), Galatea (amante de Acis y deseada por el cíclope Polifemo) y Anfítrite (mujer del poderoso Poseidón).
Las nereidas y las oceánides son muchas veces confundidas; las primeras son ninfas del mar, las costas y las islas; eran para la imaginación griega las diosas de las olas. Las segundas son diosas menores (ninfas) de las las aguas dulces que fluyen; son diosas de las fuentes, los lagos y estanques; el número de oceánides llegaba a tres mil y eran hermanas de los dioses de los ríos (otros tres mil dioses de los ríos). Entre las más famosas oceánides tenemos a Doris (madre de la Nereidas); Clímene o Asia (esposa de Japeto y madre de: Atlas, Prometeo, Epimeteo y Menecio) y Dione (a quien se le atribuye la maternidad de Afrodita con Zeus).

Faunos

Fauno, hijo de Picus y nieto de Saturno o Cronos, era el dios italiano de la naturaleza. En algunas versiones es el padre de Latino, que reinaba en todo el Lacio cuando Eneas, antecesor de los romanos, llegó a la península (ver Eneas). Fauno se parece en gran medida al dios griego Pan, con el que se igualó con el tiempo. Servía como patrón para el ganado y también tenía el don de predecir el futuro. Después de la batalla contra los etruscos, los soldados romanos oyeron su voz saliendo del bosque, que Ies anunciaba que el enemigo había perdido un hombre más, lo que llevó a los romanos a continuar la batalla hasta la derrota de Etruria.
Numa Pompelio, el segundo rey de Roma, obligó a Fauno y a su padre, el dios del bosque Picus -representado habitualmente como un pájaro carpintero-, a beber hasta emborracharse porque quería saber lo que debía hacer para invocar a Júpiter, el equivalente romano de Zeus, del cielo. Finalmente, Fauno y Picus tuvieron que darle la información en contra de su voluntad.

En la poesía romana, Fauno juega siempre el mismo papel que el dios griego Pan. El poeta Horacio menciona la festividad celebrada en su honor el cinco de diciembre y le pide que bendiga al ganado en una oda dedicada a «Fauno, amante de las ninfas eternas» (Odas y Epopeyas, III).

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